En HTA rechazamos la idea del trabajo como una simple transacción entre tiempo y salario. Para nosotros, el trabajo no es una mercancía ni una función impersonal que deba cumplirse, sino una actividad con sentido, en la que la persona está en el centro.
Creemos en el respeto por el trabajo, entendido como respeto por quienes lo realizan con compromiso, por el valor que genera y por la dignidad que conlleva.
No seguimos cada novedad solo porque se llame “moderna”. Creemos en la tecnología—la conocemos y la desarrollamos—pero también sabemos que no toda innovación representa un verdadero progreso. El progreso que nos interesa es aquel que valora a las personas, las relaciones y la calidad del aporte humano.
Para nosotros, el trabajo tiene una dimensión social profunda: es colaboración, intercambio de ideas y crecimiento colectivo. Somos un equipo compuesto por personas diversas, cada una con su propia profesionalidad. Creemos que el valor de cada uno reside en el deseo de mejorar, en el cuidado de su rol y en la conciencia de que nunca se deja de aprender.
Ser profesional, en HTA, significa cultivar cada día la competencia, la responsabilidad y el sentido de pertenencia, contribuyendo al crecimiento de la organización con dedicación y respeto mutuo.
